Hoy, algo escueto, cortito y al pie.
La memoria sensitiva del ser humano es increíble. Un porton, un cartel, una esquina, un olor, pueden transportarnos inmediatamente a otro tiempo, y hacernos sentir exactamente lo mismo que aquella vez. Y si te animás a cerrar los ojos y a quedarte un ratito en silencio, te aseguro que esas sensaciones te invaden de una manera mágica.
El problema es si no querés sentir más.
"Se oyen gritos confusión, es buen augurio que ya no haya calma en vos, crea revolución, creo en tu fuerza y voy con vos".
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