22 ago 2012

Complicado y aturdido

Y la cosa comenzó a oscurecerse. Venía todo bastante fácil, bastante tranquilo. Las complicaciones estaban en los planes, pero cuestan. Cuestan mucho, cada vez más.
Estoy un poco cansado de tener todo cuesta arriba: facultad, deporte, y mi vida en general. Siempre escalando, con esfuerzo y sudor, escalando y escalando. Y sin llegar a ningún lado.
Necesito ver la cima, o tirarme y volver a tierra firme. Pero seguir así, contra la corriente, me está dejando sin fuerza. Extraño estar tranquilo. O mejor dicho: extraño tener seguridad en cada paso que doy. Antes (parece tan lejano) cada cosa que hacía, la hacía con la firme convicción de que era lo correcto. Ahora, todo es duda. Todo.
Será cuestión de seguir, de aguantar el dolor, y seguir corriendo. Eso me enseñó mi cuerpo: si te duele la rodilla, ponete hielo y seguí. Siempre seguí. A algún lado voy a llegar.
“Aquel día, sin ninguna razón en particular, decidí salir a correr. Corrí hasta el final del camino, y cuando llegué, pensé que tal vez podía correr hasta el final del pueblo. Y cuando llegué, pensé que tal vez podía correr hasta el condado de Greenbow. Noté que si había llegado tan lejos, tal vez podía correr a través del gran estado de Alabama. Y eso fue lo que hice. Corrí atravesando Alabama. Sin ninguna razón en particular seguía corriendo. Corrí derecho hasta el océano. Y cuando llegué, noté que ya había llegado lejos, y que tal vez debía dar la vuelta y continuar corriendo. Y cuando llegué al otro océano, noté que debía dar la vuelta y continuar corriendo”.
Tom Hanks, “Forrest Gump”
``Uno se da cuenta de que Forrest Gump sabía muy bien lo que decía: una vez que llegaste al océano, no hay más que hacer que darse la vuelta y seguir corriendo.´´ - María Jagoe , “Seguir corriendo”

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