Me bastó caminar dos cuadras bajo la llovizna de esta noche de feriado nacional para darme cuenta de muchas cosas.
Primero: hoy estoy mucho mejor que ayer. A fines prácticos, podría decirse que está todo igual, nada cambió. Pero la información es poder, y por suerte pude recabar mucha. Entonces, por primera vez, tengo un poquitito de poder, lo que me permite manejarme con convicción. Creo que sé lo que tengo que hacer, y confío en eso. "Para muestra basta un botón", dicen, y las decisiones que tomé en la última noche me llevaron a donde quería estar. Es el camino, creo que finalmente lo encontré.
Segundo, y a modo de recordatorio: seguí ese camino, recordá las cosas que te llevaron a él y lo que costó encontrarlo. No te pierdas, poné todo de vos , y va a estar todo bien. Sé que puedo estar bien.
Características de un buen mediocampista: Antes que nada, creo que es fundamental la visión de juego. Un gran volante debe tener vista panorámica, ver todo lo que pase a su alrededor, no perderse ningún detalle, por más insignificante que parezca.
Debe ser criterioso y abierto a tomar decisiones diferentes a lo largo de un partido: salimos por este lado, vamos por el otro, busco al centrodelantero por arriba, al wing derecho lo asisto siempre al ras del suelo. Y tiene que aprender cual es el mejor camino para llegar al objetivo: el triunfo.
Por otra parte, no se puede concebir la idea de un buen mediocampista sin pensar en el esfuerzo. Debe dejar todo siempre, en cada jugado, en cada metro y en cada centímetro de la cancha. No se tiene que guardar nunca nada, tiene que terminar el partido exhausto y sucio.
Pero lo más importante: debe ser pillo. Tiene que ser inteligente para jugar, para desenvolverse, para no correr demás. Tiene que pensar todo el tiempo cada paso, cada acción, y siempre siempre con inteligencia. En eso se resume la receta de su éxito: debe ser pillo.
Ahora, seamos un buen mediocampista en la vida.
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