Un espacio siempre disponible para verter mis pensamientos, ideologías, sensaciones y sentimientos.
28 ago 2012
Búsqueda
No me hallo. No me hallo en la facultad, no me hallo en básquet, no me hallo en mi casa. Extraño mi vida de antes: mis compañeros de la facultad, mis compañeros del colegio, los años lindos de deporte.
Me la paso de la cama al living, durmiendo todo el día. No estoy cómodo en ningún lugar. La puedo pasar bien, pero antes la pasaba mejor, y extraño mucho esa tranquilidad. Extraño poder correr sin preocuparme por la pierna; extraño saltar sin dolor; extraño sentirme bien conmigo mismo.
Todo el día durmiendo, hay pocas cosas que realmente me motiven. Pocas cosas que me den ganas de hacerlas, y que las haga por placer y no por compromiso.
Por momentos quiero dejar todo, y decir basta de romperme el orto entrenando casi todos los días, basta de la facultad, basta de vivir como vivo. Si no tengo ganas de hacerlo, ¿Por qué lo hago?.
Pero en esos momentos, me voy a dormir. Duermo y duermo, pasan tardes enteras sin salir de la cama. Y cuando me levanto, pienso que puedo torcer este rumbo. Que tengo que dejar que las cosas sigan su curso, que ya solas se van a encaminar. Pero por ahora, eso no pasa.
Y no me hallo. Y no estoy cómodo.
Me la paso de la cama al living, durmiendo todo el día. No estoy cómodo en ningún lugar. La puedo pasar bien, pero antes la pasaba mejor, y extraño mucho esa tranquilidad. Extraño poder correr sin preocuparme por la pierna; extraño saltar sin dolor; extraño sentirme bien conmigo mismo.
Todo el día durmiendo, hay pocas cosas que realmente me motiven. Pocas cosas que me den ganas de hacerlas, y que las haga por placer y no por compromiso.
Por momentos quiero dejar todo, y decir basta de romperme el orto entrenando casi todos los días, basta de la facultad, basta de vivir como vivo. Si no tengo ganas de hacerlo, ¿Por qué lo hago?.
Pero en esos momentos, me voy a dormir. Duermo y duermo, pasan tardes enteras sin salir de la cama. Y cuando me levanto, pienso que puedo torcer este rumbo. Que tengo que dejar que las cosas sigan su curso, que ya solas se van a encaminar. Pero por ahora, eso no pasa.
Y no me hallo. Y no estoy cómodo.
25 ago 2012
Click
La cabeza me cambió esta tarde. Ya no soy el mismo. Basta de pelotudeces: la vida es una sola, y la voy a aprovechar. A mi manera, como yo crea conveniente. Me cansé de seguir a terceros y escuchar a todo el mundo: a partir de hoy, yo soy solo.
Solo se vive una vez.
Solo se vive una vez.
24 ago 2012
asd
¿Está mal seguir impulsos? Creo que no; si en algún momento tenés ganas de hacer algo,y lo hacés, ¿por qué habría de estar mal? Estás siendo sincero con vos mismo, haciendo lo que tenés ganas, sacándote la careta un rato y siendo transparente.
Entonces, si creo que está mal arrepentirse. Sólo hay que hacerse cargo: actuaste fiel a vos, bueno perfecto. Pero asumí las consecuencias de ser fiel a vos mismo. No te arrepientas de lo que hiciste: seguramente hubo algo que se rompió, algo que no aguantó más y cedió, y te llevó al acto en cuestión. Pero si ahora te duele, a ponerse hielo y quedarse callado. Nada de llorar. Basta de lágrimas en vano: nadie arregló nada llorando.
No hay que preocuparse, hay que ocuparse. ¿No sabés cómo? Rompete la cabeza pensando, encontrale la vuelta. No hay nada más fuerte que mis ganas, de eso estoy seguro. Podré flaquear, abandonar un tiempo, pero siempre voy a volver. Por que así lo sentí una vez, y así lo siento hoy.
Los demás tienden a caerse, a bajar los brazos. Tarde o temprano. Yo no; voy a estar ahí cuando sea el momento indicado. Y esta vez, no voy a tener miedo. Ni tampoco dudas. Voy por todo; plata o mierda, a matar o morir. Como siempre me gustó a mí: no entiendo por que, en algún momento del camino, me olvidé de mi mismo.
Entonces, si creo que está mal arrepentirse. Sólo hay que hacerse cargo: actuaste fiel a vos, bueno perfecto. Pero asumí las consecuencias de ser fiel a vos mismo. No te arrepientas de lo que hiciste: seguramente hubo algo que se rompió, algo que no aguantó más y cedió, y te llevó al acto en cuestión. Pero si ahora te duele, a ponerse hielo y quedarse callado. Nada de llorar. Basta de lágrimas en vano: nadie arregló nada llorando.
No hay que preocuparse, hay que ocuparse. ¿No sabés cómo? Rompete la cabeza pensando, encontrale la vuelta. No hay nada más fuerte que mis ganas, de eso estoy seguro. Podré flaquear, abandonar un tiempo, pero siempre voy a volver. Por que así lo sentí una vez, y así lo siento hoy.
Los demás tienden a caerse, a bajar los brazos. Tarde o temprano. Yo no; voy a estar ahí cuando sea el momento indicado. Y esta vez, no voy a tener miedo. Ni tampoco dudas. Voy por todo; plata o mierda, a matar o morir. Como siempre me gustó a mí: no entiendo por que, en algún momento del camino, me olvidé de mi mismo.
22 ago 2012
Complicado y aturdido
Y la cosa comenzó a oscurecerse. Venía todo bastante fácil, bastante tranquilo. Las complicaciones estaban en los planes, pero cuestan. Cuestan mucho, cada vez más.
Estoy un poco cansado de tener todo cuesta arriba: facultad, deporte, y mi vida en general. Siempre escalando, con esfuerzo y sudor, escalando y escalando. Y sin llegar a ningún lado.
Necesito ver la cima, o tirarme y volver a tierra firme. Pero seguir así, contra la corriente, me está dejando sin fuerza. Extraño estar tranquilo. O mejor dicho: extraño tener seguridad en cada paso que doy. Antes (parece tan lejano) cada cosa que hacía, la hacía con la firme convicción de que era lo correcto. Ahora, todo es duda. Todo.
Será cuestión de seguir, de aguantar el dolor, y seguir corriendo. Eso me enseñó mi cuerpo: si te duele la rodilla, ponete hielo y seguí. Siempre seguí. A algún lado voy a llegar.
“Aquel día, sin ninguna razón en particular, decidí salir a correr. Corrí hasta el final del camino, y cuando llegué, pensé que tal vez podía correr hasta el final del pueblo. Y cuando llegué, pensé que tal vez podía correr hasta el condado de Greenbow. Noté que si había llegado tan lejos, tal vez podía correr a través del gran estado de Alabama. Y eso fue lo que hice. Corrí atravesando Alabama. Sin ninguna razón en particular seguía corriendo. Corrí derecho hasta el océano. Y cuando llegué, noté que ya había llegado lejos, y que tal vez debía dar la vuelta y continuar corriendo. Y cuando llegué al otro océano, noté que debía dar la vuelta y continuar corriendo”.
Tom Hanks, “Forrest Gump”
``Uno se da cuenta de que Forrest Gump sabía muy bien lo que decía: una vez que llegaste al océano, no hay más que hacer que darse la vuelta y seguir corriendo.´´ - María Jagoe , “Seguir corriendo”
Estoy un poco cansado de tener todo cuesta arriba: facultad, deporte, y mi vida en general. Siempre escalando, con esfuerzo y sudor, escalando y escalando. Y sin llegar a ningún lado.
Necesito ver la cima, o tirarme y volver a tierra firme. Pero seguir así, contra la corriente, me está dejando sin fuerza. Extraño estar tranquilo. O mejor dicho: extraño tener seguridad en cada paso que doy. Antes (parece tan lejano) cada cosa que hacía, la hacía con la firme convicción de que era lo correcto. Ahora, todo es duda. Todo.
Será cuestión de seguir, de aguantar el dolor, y seguir corriendo. Eso me enseñó mi cuerpo: si te duele la rodilla, ponete hielo y seguí. Siempre seguí. A algún lado voy a llegar.
“Aquel día, sin ninguna razón en particular, decidí salir a correr. Corrí hasta el final del camino, y cuando llegué, pensé que tal vez podía correr hasta el final del pueblo. Y cuando llegué, pensé que tal vez podía correr hasta el condado de Greenbow. Noté que si había llegado tan lejos, tal vez podía correr a través del gran estado de Alabama. Y eso fue lo que hice. Corrí atravesando Alabama. Sin ninguna razón en particular seguía corriendo. Corrí derecho hasta el océano. Y cuando llegué, noté que ya había llegado lejos, y que tal vez debía dar la vuelta y continuar corriendo. Y cuando llegué al otro océano, noté que debía dar la vuelta y continuar corriendo”.
Tom Hanks, “Forrest Gump”
``Uno se da cuenta de que Forrest Gump sabía muy bien lo que decía: una vez que llegaste al océano, no hay más que hacer que darse la vuelta y seguir corriendo.´´ - María Jagoe , “Seguir corriendo”
21 ago 2012
Waiting for forever
"Querida Emma: Esas dos palabras, 'querida Emma'; me transportan a otra época... Cuando nos escribíamos después de que murieron mis papas. Yo te contaba mis amigos nuevos y de mi vida nueva, y tu decías que mis papas se daban la gran vida en el cielo.
La verdad no es nada. Lo que tu crees que es verdad lo es todo. Y lo que yo creía es que iba a estar contigo para siempre, para siempre... Me he tardado tanto en escribirte porque veo que he sido un tonto. Me pase la vida engañándome..
Todas las cartas que te he escrito han sido de amor. Como podrían haber sido otra cosa?Ahora veo que todas, salvo esta, fueron cartas de amor malas. Las cartas malas suplican amor. Las cartas buenas no piden nada. Es un placer anunciar que esta es mi primera carta de amor buena, porque tu ya no tienes que hacer nada, ya hiciste todo. Tengo suficiente de ti en la mente para toda la eternidad... Así que por favor no te preocupes por mi. Estoy de perlas, en verdad. Lo tengo todo.
Si me concedieran un deseo, seria que la vida te brinde un poco de la felicidad que tu me has brindado y que sientas lo que es amar.
Tu amigo eternamente, Will "
Una linda película que miré la otra noche. Divertida, triste por momentos, con un lindo mensaje.
Menos es más
Hoy, algo escueto, cortito y al pie.
La memoria sensitiva del ser humano es increíble. Un porton, un cartel, una esquina, un olor, pueden transportarnos inmediatamente a otro tiempo, y hacernos sentir exactamente lo mismo que aquella vez. Y si te animás a cerrar los ojos y a quedarte un ratito en silencio, te aseguro que esas sensaciones te invaden de una manera mágica.
El problema es si no querés sentir más.
"Se oyen gritos confusión, es buen augurio que ya no haya calma en vos, crea revolución, creo en tu fuerza y voy con vos".
La memoria sensitiva del ser humano es increíble. Un porton, un cartel, una esquina, un olor, pueden transportarnos inmediatamente a otro tiempo, y hacernos sentir exactamente lo mismo que aquella vez. Y si te animás a cerrar los ojos y a quedarte un ratito en silencio, te aseguro que esas sensaciones te invaden de una manera mágica.
El problema es si no querés sentir más.
"Se oyen gritos confusión, es buen augurio que ya no haya calma en vos, crea revolución, creo en tu fuerza y voy con vos".
20 ago 2012
Axiomas
Me bastó caminar dos cuadras bajo la llovizna de esta noche de feriado nacional para darme cuenta de muchas cosas.
Primero: hoy estoy mucho mejor que ayer. A fines prácticos, podría decirse que está todo igual, nada cambió. Pero la información es poder, y por suerte pude recabar mucha. Entonces, por primera vez, tengo un poquitito de poder, lo que me permite manejarme con convicción. Creo que sé lo que tengo que hacer, y confío en eso. "Para muestra basta un botón", dicen, y las decisiones que tomé en la última noche me llevaron a donde quería estar. Es el camino, creo que finalmente lo encontré.
Segundo, y a modo de recordatorio: seguí ese camino, recordá las cosas que te llevaron a él y lo que costó encontrarlo. No te pierdas, poné todo de vos , y va a estar todo bien. Sé que puedo estar bien.
Características de un buen mediocampista: Antes que nada, creo que es fundamental la visión de juego. Un gran volante debe tener vista panorámica, ver todo lo que pase a su alrededor, no perderse ningún detalle, por más insignificante que parezca.
Debe ser criterioso y abierto a tomar decisiones diferentes a lo largo de un partido: salimos por este lado, vamos por el otro, busco al centrodelantero por arriba, al wing derecho lo asisto siempre al ras del suelo. Y tiene que aprender cual es el mejor camino para llegar al objetivo: el triunfo.
Por otra parte, no se puede concebir la idea de un buen mediocampista sin pensar en el esfuerzo. Debe dejar todo siempre, en cada jugado, en cada metro y en cada centímetro de la cancha. No se tiene que guardar nunca nada, tiene que terminar el partido exhausto y sucio.
Pero lo más importante: debe ser pillo. Tiene que ser inteligente para jugar, para desenvolverse, para no correr demás. Tiene que pensar todo el tiempo cada paso, cada acción, y siempre siempre con inteligencia. En eso se resume la receta de su éxito: debe ser pillo.
Ahora, seamos un buen mediocampista en la vida.
Primero: hoy estoy mucho mejor que ayer. A fines prácticos, podría decirse que está todo igual, nada cambió. Pero la información es poder, y por suerte pude recabar mucha. Entonces, por primera vez, tengo un poquitito de poder, lo que me permite manejarme con convicción. Creo que sé lo que tengo que hacer, y confío en eso. "Para muestra basta un botón", dicen, y las decisiones que tomé en la última noche me llevaron a donde quería estar. Es el camino, creo que finalmente lo encontré.
Segundo, y a modo de recordatorio: seguí ese camino, recordá las cosas que te llevaron a él y lo que costó encontrarlo. No te pierdas, poné todo de vos , y va a estar todo bien. Sé que puedo estar bien.
Características de un buen mediocampista: Antes que nada, creo que es fundamental la visión de juego. Un gran volante debe tener vista panorámica, ver todo lo que pase a su alrededor, no perderse ningún detalle, por más insignificante que parezca.
Debe ser criterioso y abierto a tomar decisiones diferentes a lo largo de un partido: salimos por este lado, vamos por el otro, busco al centrodelantero por arriba, al wing derecho lo asisto siempre al ras del suelo. Y tiene que aprender cual es el mejor camino para llegar al objetivo: el triunfo.
Por otra parte, no se puede concebir la idea de un buen mediocampista sin pensar en el esfuerzo. Debe dejar todo siempre, en cada jugado, en cada metro y en cada centímetro de la cancha. No se tiene que guardar nunca nada, tiene que terminar el partido exhausto y sucio.
Pero lo más importante: debe ser pillo. Tiene que ser inteligente para jugar, para desenvolverse, para no correr demás. Tiene que pensar todo el tiempo cada paso, cada acción, y siempre siempre con inteligencia. En eso se resume la receta de su éxito: debe ser pillo.
Ahora, seamos un buen mediocampista en la vida.
19 ago 2012
Lluvia
Y la tormenta se desató. Las presunciones quedan de lado ante una realidad que te abofetea la cara. No estabas listo: ni siquiera habías abierto el paraguas. No te bastó que el pronóstico del tiempo indicase lluvia. Confiabas en que estaba equivocado. Pero el equivocado eras vos.
El agua esta fría, casi helada. Golpea en tu frente y desciende por tu rostro. Se mezcla con tus lágrimas, saladas y tristes. Dejás que recorran tu cuerpo: creés necesario bañarte en tu propio dolor, en tu propia desgracia. Sólo así se aprende.
Las nubes te impiden ver el sol, pero confías en que sigue estando detrás de ellas. Solamente eso te mantiene en pie. Eso, y la esperanza de que, algún día, un viento fuerte barra con toda la oscuridad y la luz vuelva a iluminar tu jardín. Y tu alma.
Esa tarde, te secarás las lágrimas y levantarás la cabeza, sabiendo que entregaste todo de vos cada día, cada hora, cada minuto. Y volverás a sonreír, por que fuiste verdaderamente feliz antes del temporal. Y aprendiste a bailar bajo la lluvia.
El agua esta fría, casi helada. Golpea en tu frente y desciende por tu rostro. Se mezcla con tus lágrimas, saladas y tristes. Dejás que recorran tu cuerpo: creés necesario bañarte en tu propio dolor, en tu propia desgracia. Sólo así se aprende.
Las nubes te impiden ver el sol, pero confías en que sigue estando detrás de ellas. Solamente eso te mantiene en pie. Eso, y la esperanza de que, algún día, un viento fuerte barra con toda la oscuridad y la luz vuelva a iluminar tu jardín. Y tu alma.
Esa tarde, te secarás las lágrimas y levantarás la cabeza, sabiendo que entregaste todo de vos cada día, cada hora, cada minuto. Y volverás a sonreír, por que fuiste verdaderamente feliz antes del temporal. Y aprendiste a bailar bajo la lluvia.
nada se detiene
Te caés, mordiendo el anzuelo de trampas de ayer. Jugando el partido sabés que perdés,
y volvés, a estar preso en esta cárcel de niebla y sin arranque.
Perdés conciencia y cordura, te cuesta entender. Las noches que rugen se vuelven ayer, y olvidás, que no hay dudas sobre nuestras creencias y el valor se te va. No lo ves.
Otra vez que no podés arrancar, los momentos que se van a escapar. Porque todo en este mundo se va, y aunque sientas que me duele y que nada se detiene, mi voz siempre te va a acompañar.
y se te va la función,
cruel adiós.
y volvés, a estar preso en esta cárcel de niebla y sin arranque.
Perdés conciencia y cordura, te cuesta entender. Las noches que rugen se vuelven ayer, y olvidás, que no hay dudas sobre nuestras creencias y el valor se te va. No lo ves.
Otra vez que no podés arrancar, los momentos que se van a escapar. Porque todo en este mundo se va, y aunque sientas que me duele y que nada se detiene, mi voz siempre te va a acompañar.
y se te va la función,
cruel adiós.
17 ago 2012
Real Academia Española
En algunas oportunidades, los textos sobran. Mejor, les doy lugar a las palabras sueltas, sin conectores. Dejo que hablen ellas. ¿Para qué me voy a gastar en ordenarlas?
Esfuerzo: Empleo enérgico del vigor o actividad del ánimo para conseguir algo venciendo dificultades.
Asco: Impresión desagradable causada por algo que repugna.
Recuerdos: Memoria que se hace o aviso que se da de algo pasado o de que ya se habló.
Traición: Falta que se comete quebrantando la fidelidad o lealtad que se debe guardar o tener.
Tristeza: Cualidad de triste.
Triste: Afligido, apesadumbrado
Esperanza: Estado del ánimo en el cual se nos presenta como posible lo que deseamos.
Soledad: Pesar y melancolía que se sienten por la ausencia, muerte o pérdida de alguien o de algo.
Fracaso: Malogro, resultado adverso de una empresa o negocio. Caída o ruina de algo con estrépito y rompimiento.
Vano: Inútil, infructuoso o sin efecto.
Esperar: Tener esperanza de conseguir lo que se desea.
Segundo: Que sigue inmediatamente en orden al o a lo primero.
Lágrima: Cada una de las gotas que segrega la glándula lagrimal
Hermosa: Dotado de hermosura. Grandioso, excelente y perfecto en su línea.
Inolvidable: Que no puede olvidarse
Amor: Sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser. Sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear.
¿Y ahora?
Esfuerzo: Empleo enérgico del vigor o actividad del ánimo para conseguir algo venciendo dificultades.
Asco: Impresión desagradable causada por algo que repugna.
Recuerdos: Memoria que se hace o aviso que se da de algo pasado o de que ya se habló.
Traición: Falta que se comete quebrantando la fidelidad o lealtad que se debe guardar o tener.
Tristeza: Cualidad de triste.
Triste: Afligido, apesadumbrado
Esperanza: Estado del ánimo en el cual se nos presenta como posible lo que deseamos.
Soledad: Pesar y melancolía que se sienten por la ausencia, muerte o pérdida de alguien o de algo.
Fracaso: Malogro, resultado adverso de una empresa o negocio. Caída o ruina de algo con estrépito y rompimiento.
Vano: Inútil, infructuoso o sin efecto.
Esperar: Tener esperanza de conseguir lo que se desea.
Segundo: Que sigue inmediatamente en orden al o a lo primero.
Lágrima: Cada una de las gotas que segrega la glándula lagrimal
Hermosa: Dotado de hermosura. Grandioso, excelente y perfecto en su línea.
Inolvidable: Que no puede olvidarse
Amor: Sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser. Sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear.
¿Y ahora?
9 ago 2012
Recordar me hace feliz
Hay momentos que marcan tu futuro. Hoy, no sé por qué razón, no puedo dejar de recordar este.
El corazón me palpitaba violentamente dentro de mi pecho, al
punto tal que sentía que existía la posibilidad de que huyera a un lugar más
tranquilo de un momento a otro. Las manos me sudaban, denotaban mis nervios. Me
resultaba imposible quedarme quieto; necesitaba moverme constantemente para
descubrir que aún controlaba mi cuerpo, y no él a mí. Me sentía un nene, dando
sus primeros pasos en la vida. No sabía bien que hacer, que decir. Todo lo que
cruzaba por mi mente me parecía insulso. Ella merecía más.
Todavía no sé de donde saqué el valor para enfrentarla y
mirarla a los ojos. Pero las sensaciones fueron únicas. En ese preciso momento, toqué el cielo con las
manos. Me sentí totalmente embriagado de felicidad, de dicha, de alegría.
Realmente valía la pena vivir.
Cerré los ojos y la paz invadió mi cuerpo. No hubiese estado
mal morir en ese instante. Temía que
fuese un sueño (otra vez), y que despertase algunos segundos más tarde, acomodado
en mi cama, mirando las manchas de humedad del techo.
Mis manos se sentían atraídas por su rostro. No podía dejar
de acariciarla. Su piel era tan suave, no lograba despegarme de ella. Realmente
deseaba que el tiempo se detuviera, y que esa fotografía quedara inmortalizada
en mi mente por el resto de mis días.
Tantas veces había imaginado sus labios, pero nunca creí que
fuesen tan perfectos. Eran finos y delicados, con un sabor celestial, único. Me representaban la
pureza, la perfección, la esencia de los dioses. No quería alejarme de ellos,
no quería que ese momento terminase nunca. De repente, creía en la eternidad.
Ella me miró, y sonrío. Supe que había tomado el camino
correcto y que llegaría a buen puerto. La observé detenidamente, y mis ojos se encontraron
con los suyos. Ahora, el que sonreía de manera estúpida era yo. Quería que sepa
que estaba realmente feliz, que ese momento significaba mucho para mí. Acaricié
suavemente su pelo, y la abracé.
Nuestros cuerpos se confundieron en uno, mientras pensaba
cuanto hacía que no daba un abrazo tan sincero, con tanto afecto. La apreté
contra mi pecho, intentando transmitirle seguridad, como si supiera exactamente
todo lo que estaba haciendo. Nos quedamos unos segundos (horas) allí, inertes,
disfrutando de los hechos.
Nos quedamos en silencio, sin pronunciar palabra. Sólo se
escuchaba los latidos de nuestros corazones, aún acelerados, temiendo que alguien nos descubriera. Volví a besarla, pero esta vez dejé que la
pasión me ganara la batalla. La besé fuerte, descargando los meses de
desamores, de tristeza. Necesitaba que todas esas sensaciones abandonaran mi
cuerpo para dar paso a las nuevas, más puras y plenas. No quería quedarme inmerso
en ese oscuro pasado. La luz comenzaba a iluminarme. A iluminarnos.
Minutos más tarde, abandonamos esa sala y bajamos juntos las
escaleras. Debíamos volver al mundo real, reencontrarnos con nuestros
simulacros de vida, con nuestras fachadas. Ya habíamos jugado suficiente esa noche. Pero antes, le di un último beso.
Luego, ella dobló para la derecha. La miré partir, mientras yo viraba hacia la
izquierda, anhelando el momento en el cual volveríamos a vernos.
7 ago 2012
Madrugadas Nítidas
Y de un instante a otro, casi sin querer, un recuerdo
invadió mi mente: las noches más lindas de mis años, las risas, la alegría, su
cuerpo, su piel, su olor. Sus besos. Su mirada.
Tomé el celular y la tentación se presentó ante mí, como la
manzana ante Adán: ``Quiero que vengas a mi casa una de estas noches. Creo que
la podríamos pasar genial´´. No. Adán cedió y perdió su paraíso. Borrar mensaje…
Ya no puedo ni quiero pedirte nada. Me diste demasiado:
felicidad pura, y amor. Ahora te toca pedirme a vos.
Mientras tanto, esas noches que hoy siento tan lejanas,
llenan de melancolía mis madrugadas. Pero una sonrisa se me dibuja en el rostro
con tan sólo cerrar los ojos, y pensarte. Una vez más.
(Ayer no seguí mis
impulsos, mis deseos, mi corazonada, y todo salió bien. Hoy seguí mis impulsos,
mis deseos, mis corazonadas, y todo salió mal. Nota mental: no sigás más a nada
ni a nadie)
6 ago 2012
Soldado que huye... es un cagón
"Sé
que a mucha gente le irritará esta carta, yo mismo la hubiera rechazado
hace años cuando confundía resignarse con aceptar. Resignarse es una
cobardía, es el sentimiento que justifica el abandono de aquello por lo
cual vale la pena luchar, es, de alguna manera, una indignidad. La
aceptación es el respeto por la voluntad de otro, sea éste un ser humano
o el destino mismo. No nace del miedo como la resignación, sino que es
más bien un fruto."
Don Ernestito Sábato
Don Ernestito Sábato
5 ago 2012
La tormenta perfecta
Sé que se avecina una tormenta porque puedo mirar a lo lejos y ver lo
que sucede en el horizonte. Por supuesto, la luz ayuda: es el final del
atardecer que hace más nítido el contorno de las nubes. Veo también el
destello de los relámpagos.
Ni un solo ruido. El viento no está soplando ni más fuerte ni más débil que antes. Me detengo. No hay nada más emocionante o terrorífico que mirar una tormenta que se aproxima. El primer pensamiento que se me ocurre es ir a buscar cobijo, pero eso puede ser peligroso. El cobijo puede ser una especie de trampa, pues de aquí a poco tiempo el viento tal vez tenga fuerza suficiente como para arrancar tejados, derribar árboles, destruir cables de alta tensión.
Recuerdo a un viejo amigo que de niño vivió en Normandía y pudo presenciar el desembarco de las tropas aliadas en la Francia ocupada por los nazis. No he olvidado sus palabras: “Me levanté y el horizonte estaba lleno de barcos de guerra. En la playa, al lado de mi casa, los soldados alemanes contemplaban la misma escena que yo. Pero lo que más me aterrorizaba era el silencio. Un silencio total, que precede a un combate a vida o muerte.”
Ese mismo silencio es el que me rodea ahora. Y poco a poco es sustituido por el murmullo, muy suave, de la brisa de los campos de maíz a mi alrededor. La presión atmosférica está cambiando. La tormenta está cada vez más cerca y el silencio comienza a ser sustituido por el todavía suave rumor de las hojas.
He presenciado muchas tormentas en mi vida. La mayor parte me tomó por sorpresa, por lo que tuve que aprender, y muy rápidamente, a mirar más lejos, a entender que no soy capaz de controlar el tiempo, a practicar el arte de la paciencia y a respetar la furia de la naturaleza. Las cosas no siempre suceden como uno quiere, más vale hacerse la idea.
Hace muchos años, compuse una canción que decía “perdí el miedo a la lluvia, pues la lluvia al volver a la tierra, trae cosas del aire”. Es mejor dominar el miedo. Ser digno de aquello que escribí y entender que, por muy malo que sea el vendaval, en algún momento pasará.
El viento ha aumentado la velocidad. Estoy en un campo abierto, hay árboles en los horizontes que, por lo menos en teoría, atraerán los rayos. Mi piel es impermeable por muy empapada que tenga la ropa. Por lo tanto, más vale disfrutar de esta vista. Aún hay suficiente claridad para que pueda ver el contorno de las nubes con su forma de yunque, como si un herrero estuviese martillando los cielos.
Veo la tormenta que se aproxima. Como cualquier otra tormenta trae consigo destrucción, pero al mismo tiempo moja los campos, y la sabiduría del cielo desciende junto con su lluvia.
Como cualquier otra tormenta, pasará. Cuanto más violenta sea, más rápido lo hará. Gracias a Dios, aprendí a enfrentarme a las tormentas.
(y mucho tiempo después, casi dos años, cuando creí que ya no tenías nada más que enseñarme, me demostrás que estaba equivocado. Me bastó leerte un rato para crecer y aprender. Gracias! Sabés que marcaste mi vida, sos única)
Ni un solo ruido. El viento no está soplando ni más fuerte ni más débil que antes. Me detengo. No hay nada más emocionante o terrorífico que mirar una tormenta que se aproxima. El primer pensamiento que se me ocurre es ir a buscar cobijo, pero eso puede ser peligroso. El cobijo puede ser una especie de trampa, pues de aquí a poco tiempo el viento tal vez tenga fuerza suficiente como para arrancar tejados, derribar árboles, destruir cables de alta tensión.
Recuerdo a un viejo amigo que de niño vivió en Normandía y pudo presenciar el desembarco de las tropas aliadas en la Francia ocupada por los nazis. No he olvidado sus palabras: “Me levanté y el horizonte estaba lleno de barcos de guerra. En la playa, al lado de mi casa, los soldados alemanes contemplaban la misma escena que yo. Pero lo que más me aterrorizaba era el silencio. Un silencio total, que precede a un combate a vida o muerte.”
Ese mismo silencio es el que me rodea ahora. Y poco a poco es sustituido por el murmullo, muy suave, de la brisa de los campos de maíz a mi alrededor. La presión atmosférica está cambiando. La tormenta está cada vez más cerca y el silencio comienza a ser sustituido por el todavía suave rumor de las hojas.
He presenciado muchas tormentas en mi vida. La mayor parte me tomó por sorpresa, por lo que tuve que aprender, y muy rápidamente, a mirar más lejos, a entender que no soy capaz de controlar el tiempo, a practicar el arte de la paciencia y a respetar la furia de la naturaleza. Las cosas no siempre suceden como uno quiere, más vale hacerse la idea.
Hace muchos años, compuse una canción que decía “perdí el miedo a la lluvia, pues la lluvia al volver a la tierra, trae cosas del aire”. Es mejor dominar el miedo. Ser digno de aquello que escribí y entender que, por muy malo que sea el vendaval, en algún momento pasará.
El viento ha aumentado la velocidad. Estoy en un campo abierto, hay árboles en los horizontes que, por lo menos en teoría, atraerán los rayos. Mi piel es impermeable por muy empapada que tenga la ropa. Por lo tanto, más vale disfrutar de esta vista. Aún hay suficiente claridad para que pueda ver el contorno de las nubes con su forma de yunque, como si un herrero estuviese martillando los cielos.
Veo la tormenta que se aproxima. Como cualquier otra tormenta trae consigo destrucción, pero al mismo tiempo moja los campos, y la sabiduría del cielo desciende junto con su lluvia.
Como cualquier otra tormenta, pasará. Cuanto más violenta sea, más rápido lo hará. Gracias a Dios, aprendí a enfrentarme a las tormentas.
(y mucho tiempo después, casi dos años, cuando creí que ya no tenías nada más que enseñarme, me demostrás que estaba equivocado. Me bastó leerte un rato para crecer y aprender. Gracias! Sabés que marcaste mi vida, sos única)
2 ago 2012
Mano en lo bolsillo
Pensando en esos tiempos, esos que hoy por hoy ya no están. Extraño aquellos días de alegrías y de verdad. Con la amargura plantada dije que no aguantaba más; después pensé en esas cosas que te sirven y no las usás. Pero un día de estos ya no pienso y te voy a buscar, con las manos en los bolsillos aunque sé que no sirve de nada. Se incendian los sueños en esta ciudad, no quedan momentos para disfrutar.
1 ago 2012
Perder
Estos son los momentos en los cuales me siento frustrado,
decepcionado de mí mismo, abatido, y con ganas de no hacer más nada de nada, y
que se vaya todo a la mierda.
Me molesta mucho perder, es algo que nunca va a cambiar. Parece
que, aunque me esforcé y me siga esforzando todos los putos entrenamientos, no
voy a poder. El cuerpo no me da más. Me duele todo: rodillas, tobillos, codo.
Pero más me duele el alma.
No quiero más nada, quiero bajar los brazos. Fracasé, tengo que
aceptarlo. Me cuesta muchísimo, no me entra en la cabeza. Pero parece que es
así. Tengo ganas de no enojarme más, de no estar más triste, de no sufrir nada
más. Y eso va a suceder el día que deje todo. El día que las cosas dejen de
importarme.
Me hace falta algo; algo que todavía no encuentro, no
descubro. Pero así, estoy incompleto. Así, no está bueno. Tengo fría el alma. Ya no me voy a esforzar
más: evidentemente, esforzarse es al pedo. Que sea como sea. Total..
``Vengo apostando, todo lo que tengo a un caballo que nunca gana. Voy a tener que dejar este juego, o cambiar de caballo mañana´´.
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