30 may 2013

Cuando te dan una mala noticia, cuando te llega una de esas rachas malas,bravas, te das cuenta lo solo o lo acompañado que estás.
Ponele que te notás solo: te da tristeza, bronca, ganas de llorar. A mi, se me genera una mezcla de impotencia con ganas de estar callado, lejos del mundo.
Pero es ahí, en esa soledad, cuando tiene que nacer y aflorar ese fuego sagrado que TODOS tenemos adentro. Es ahí cuando tiene que  salir la parte más fuerte de nosotros, y pisar con ganas diciendo: acá estoy viejo, sé que la mano viene jodida, pero no vamos a bajar los brazos. A partir de mañana nos rompemos el orto diez veces más.
Ahora, si no estás solo, sería todo mucho más fácil. Que suerte tienen algunos, y no la saben disfrutar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario