Y así seguís, caminando sin pensar, sin sentir y sin mirar
Acalambrado en tu suerte, resignado de aguantar.
Más, un poquito más, un espejismo de alegría que me arranque esta agonía.
Más, un poquito más, una canción que me consuele en las noches donde duele ser feliz.
Y vas fingiendo realidad, ocultando tu verdad
Delirás que estás volando pero nunca despegás
Y el deseo de llegar se apodera de tu cuerpo
Y las ganas gritan fuerte y te queman desde adentro.
Sensaciones encontradas y que batallan por imponerse en mi cabeza, día a día y noche a noche. Un tridente ofensivo que ataca mi tranquilidad y amenaza con romper las estructuras que tanto trabajo me significaron construirlas.
Por un lado, por el sector izquierdo del pecho, aparecen la alegría y la felicidad: luego de mucho tiempo, dicen presente y luchan por adueñarse de mi corazón. Por momentos, lo logran y una sonrisa se dibuja en mi rostro.
Por la derecha, acercándose con pasos gigantescos, la inseguridad aparece en el terreno de juego y es un digno contendiente. Corre con una gran ventaja: los terceros la alimentan todos los días, y su crecimiento parece no detenerse. El ya popular “solo contra todos” se muestra como el único capaz de derrotar a esta inseguridad y a toda su bandita que sólo quiere derrumbar muros.
Por el centro del pecho, aparece el miedo. ``El ser humano es el único ser humano que tropieza dos veces con la misma piedra´´, me dijeron un día. Me pareció una estupidez: el que se cae dos veces con el mismo obstáculo es un boludo, y eso es lo importante. No que sea un ser humano.
El único oponente capaz de vencer al miedo es la inteligencia: el darse cuenta a tiempo fue importantísimo, y parte de la batalla está ganada. Naturalmente, las cosas no se festejan antes y el triunfo requerirá mucho trabajo, esfuerzo y dedicación. Y ayuda. Esta vez, solo no se puede.
El temor a elegir un camino equivocado está presente en cada una de mis decisiones. Sólo el futuro me dirá a ciencia cierta si escogí bien o si tomé el sendero más largo, el equivocado. Hoy, solamente puedo pensar cada paso, cada movimiento, cada jugada. La inteligencia tiene que lograr una supremacía por sobre el miedo. No puedo detenerme, y no lo voy a hacer. TEG: plan táctico y estratégico de guerra. Será cuestión de sentarse e idearlo.
``Quién controla el centro del campo, controla el juego´´. Hoy, el miedo está en el casillero central y maneja los hilos de la batalla. La alegría y la felicidad deben ceder terreno, para reagruparse y volver a la carga. Intentarán salir victoriosas con la ayuda de la inteligencia y del trabajo: todos unidos, pueden vencer. Cada uno por su lado, están perdidos.
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