3 sept 2012

El astro

“…y por momentos, lograba abstraerse del contexto oscuro que envolvía su rutina diaria, y era capaz de disfrutar de una mirada sostenida, de una sonrisa, y de la vergüenza que le suponía querer a alguien más que a sí mismo.
En esos momentos, efímeros, perecederos, entendía que valía la pena la sangre y el sudor que derramó en el camino, y que derrumbarse ante los momentos lógicos de incertidumbre era un acto de cobardía tal que lo dejaba fuera de la contienda por alcanzar aquella estrella que luchaba por no ser fugaz. Esa estrella era distinta: perenne, indestructible. Eterna. Pero inalcanzable…”
De ``El cangrejo, primera edición”.

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