La decepción no te permite ver lo bueno y lindo que tiene cada día. La decepción te quita las ganas de sonreír. La decepción te entristece. Y la decepción de uno mismo, te come la cabeza.
Sentir que se tiró por la borda el esfuerzo de muchísimo tiempo, me hace pensar mucho. Y no tengo más ganas de escribir. No es el momento. No es mi momento
No hay comentarios:
Publicar un comentario