``Si me caí, es por que estaba caminando. Y caminar vale la
pena, aunque te caigas´´. No está mal caerse, tropezarse. Uno se golpea y se lastima. Probablemente
sufra, se sienta mal. Pero mientras sirva para aprender, caerse es necesario.
Vale la aclaración. Si te caés una vez, bueno, perfecto. Si
te caés dos, puede ser que la piedra que te hace tropezar sea muy inteligente.
Ahora, si te caés tres, evidentemente sos un pelotudo. Entonces, agarrá la
piedra y tirala a la mierda, lejos del alcance de tus pies. Sino, vas a seguir
cayendo y cayendo, y los golpes duelen.
Antes, se me daba por enojarme. Me calentaba mucho, golpeaba
cosas, trataba mal a los que yo consideraba responsables. De a poco, y por
suerte, perdí ese vicio. Simplemente, me alejo lo suficiente como para ver las
cosas desde otra perspectiva, desde otro punto de vista. Me alejo y miro,
observo. Pienso mucho, mucho. Trato de recordar cada frase, cada promesa, cada
palabra. Y en casos como estos, me decepciono. Ya no sirve enojarse, no lo
vale.
Estar enojado es feo.
No es un sentimiento lindo. Tampoco lo es el rencor, el despecho, el odio. Yo
no quiero que ninguno de esos se apoderen de mi cabeza, no lo voy a permitir.
Aparte, ¿por qué yo tendría que sentir algo feo? Por suerte, cuando me acuesto
a dormir lo puedo hacer orgulloso de mí mismo, por que yo acompañé a cada una
de mis palabras con actos. Me equivoqué muchísimas veces, pero realmente me
esforcé por cambiar, por mejorar, por ser completo. Y me la jugué todos los
días, todos, en los últimos meses.
Seamos sinceros. Con garantías, cualquiera se la juega. Me
imagino que debe ser fácil, por ejemplo, ir a entrenar todos los días sabiendo
que el sábado jugás de titular. Claro, así también yo voy y corro todos los
entrenamientos. Mucho más loable es ir, romperse el orto todas las tardes, sin
tener la certeza de que va a pasar el fin de semana. Capaz te toca jugar, capaz
lo mirás desde afuera. Podés terminar contento o triste, pero orgulloso, por
que te la jugaste por lo que sentías. Te juro que hay que tener huevos para ir
al frente sin garantías.
¿Arrepentirme? Naa, yo volvería a hacer lo mismo. ¿cómo voy
a cambiar mi manera de actuar? Esa manera es la que me regaló momentos
increíbles, maravillosos, únicos. Cada uno tiene que hacerse cargo de lo que
hace, pero si fuiste fiel con vos mismo, no te arrepientas. Eso si, ponele el
pecho, por que se viene una brava ahora. Todo acto trae consecuencia, y actos
malos traen consecuencias malas. Así que ahora a hacerse cargo muchachos, elijan
un personaje nuevo que barajamos y damos de nuevo. Espero que esta vez no me
toque el papel del pelotudo, ese ya me aburrió.
Res, non verba. Basta
de humo, por favor. Estoy empezando a asfixiarme.
No hay comentarios:
Publicar un comentario