Un día como hoy nacía una
de las mentes más grandes e increíbles de la historia de la humanidad: Albert
Einstein. Albertito, una tarde de sol jugando un TEG con sus amigos nerds,
afirmó: "Si buscas resultados
distintos, no hagas siempre lo mismo".
Esa frase célebre que
sobrevivió al paso del tiempo, me dejó pensando. Una de las cosas que siempre
me hicieron sentir orgulloso de mí, es que siempre, siempre, siempre fui fiel a
lo que sentía, e hice lo que creía conveniente. Nunca me dejé llevar por los
comentarios típicos como “yo en tu lugar haría esto”, o “boludo, estás haciendo
cualquiera”. A lo largo de mi vida, fui siempre igual, nunca cambié. Si vi un
objetivo, me trazo un camino y lo respeto a rajatabla hasta llegar a la meta.
Esta actitud me valió
muchos triunfos y muchos fracasos; muchos porrazos y muchas alegrías; rachas
negativas, rachas positivas; en fin, de todo un poco digamos, como al común de
las personas. Aprendí a ganar y a perder, pero a diferencia de otros seres
humanos, las veces que me tocó saludar a la derrota, le di la mano con la
frente alta y la certeza de que hice todo lo que estaba a mi alcance, y que
nunca traicioné mis convicciones.
Sin embargo, Albertito
tenía algo de razón, ¿o no?. La verdad, no estoy seguro, y es por eso que estoy
sentado adelante del computador, intentando aclarar las ideas y trazarme un
nuevo mapa, un nuevo camino. Llegó un punto en mi vida que, si sigo haciendo lo
mismo, no voy a avanzar. Y probablemente, a la larga, empiece a retroceder.
El problema radica en que
“hacer lo mismo” es hacer lo que me nace, lo que me dice el corazón. Si yo
tengo ganas de hacer algo, y con eso no jodo a nadie, lo hago. ¿Qué tantas
vueltas?
Pero las dudas siguen.
Hacer lo que me indica mi manual, mi historia, mi alma, no me permite llegar a
mi meta. Me estancaron en un lugar que detesto y del cual quiero salir ya, hoy
mismo. No quiero seguir en este pozo, en esta cloaca. El olor a podrido es muy
fuerte, y ya me cansó, no lo tolero más.
¿Será la hora de dejar
atrás los modos de comportamiento que me acompañaron estos 22 años de vida, y
comenzar a emplear nuevas actitudes, que me lleven por caminos diferentes?
¿vale la pena perder un
poco la esencia de lo que sos y de lo que fuiste toda tu vida por ganar un
partido?
¿el fin justifica los
medios?
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