14 mar 2013



Un día como hoy nacía una de las mentes más grandes e increíbles de la historia de la humanidad: Albert Einstein. Albertito, una tarde de sol jugando un TEG con sus amigos nerds, afirmó:  "Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo".
Esa frase célebre que sobrevivió al paso del tiempo, me dejó pensando. Una de las cosas que siempre me hicieron sentir orgulloso de mí, es que siempre, siempre, siempre fui fiel a lo que sentía, e hice lo que creía conveniente. Nunca me dejé llevar por los comentarios típicos como “yo en tu lugar haría esto”, o “boludo, estás haciendo cualquiera”. A lo largo de mi vida, fui siempre igual, nunca cambié. Si vi un objetivo, me trazo un camino y lo respeto a rajatabla hasta llegar a la meta.
Esta actitud me valió muchos triunfos y muchos fracasos; muchos porrazos y muchas alegrías; rachas negativas, rachas positivas; en fin, de todo un poco digamos, como al común de las personas. Aprendí a ganar y a perder, pero a diferencia de otros seres humanos, las veces que me tocó saludar a la derrota, le di la mano con la frente alta y la certeza de que hice todo lo que estaba a mi alcance, y que nunca traicioné mis convicciones.
Sin embargo, Albertito tenía algo de razón, ¿o no?. La verdad, no estoy seguro, y es por eso que estoy sentado adelante del computador, intentando aclarar las ideas y trazarme un nuevo mapa, un nuevo camino. Llegó un punto en mi vida que, si sigo haciendo lo mismo, no voy a avanzar. Y probablemente, a la larga, empiece a retroceder.
El problema radica en que “hacer lo mismo” es hacer lo que me nace, lo que me dice el corazón. Si yo tengo ganas de hacer algo, y con eso no jodo a nadie, lo hago. ¿Qué tantas vueltas?
Pero las dudas siguen. Hacer lo que me indica mi manual, mi historia, mi alma, no me permite llegar a mi meta. Me estancaron en un lugar que detesto y del cual quiero salir ya, hoy mismo. No quiero seguir en este pozo, en esta cloaca. El olor a podrido es muy fuerte, y ya me cansó, no lo tolero más.
¿Será la hora de dejar atrás los modos de comportamiento que me acompañaron estos 22 años de vida, y comenzar a emplear nuevas actitudes, que me lleven por caminos diferentes?
¿vale la pena perder un poco la esencia de lo que sos y de lo que fuiste toda tu vida por ganar un partido?
¿el fin justifica los medios?

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