28 nov 2012


Una recarga de energía hace bien, y ayuda a tirar un par de días sin la necesidad de estar apegado a un toma corrientes  Uno puede sentirse más libre, más independiente, y camina por la calle con la sensación de que puede llevarse el mundo por delante, y que todo va a estar bien.
Pero hay un problema. ¿Viste cuando tenés un celular viejo, y por más que lo cargués todos los días la batería ya está gastada, y dura cada vez menos? Vos le ponés garra, lo  cargás todas las noches cuando te vas a dormir. Pero no hay caso, tipo ocho de la noche ya empieza a tirarte el ruidito de “batería baja”. En este caso, la solución es simple: vas a un negocio y comprás otra; la reemplazás, y la vida sigue feliz y sonriente.
Pero con las personas, con los sentimientos, con los miedos, uno no puede ir a un negocio y solucionar todo. Uno tiene que sacar fuerzas de cualquier lado, y seguir.  Y confiar, sobre todo confiar. Aún cuando sea muy difícil, muy duro, uno tiene que confiar en lo que eligió.
Hay que hacerse cargo. A veces es más sencillo sacarse la mochila, la presión, y creer que uno es una marioneta del destino, que sólo avanza por la vida siguiendo designios divinos que le fueron otorgados al momento de nacer por un ser superior. NO
Vos, ella, él, yo, estamos donde estamos por nuestras decisiones. Los caminos de nuestras vidas los trazamos nosotros, día a día, con cada acción, con cada palabra, con cada determinación, con cada mirada, con cada abrazo. Yo elegí estar acá, nadie me obligó a ocupar un lugar en el cual no me siento cómodo. Y nadie me obliga. Si quisiera, podría dar media vuelta y volver hacia atrás…
Pero no elijo eso. Prefiero esforzarme todos los días, y ponerle el pecho a lo que venga. ``Y después de un tiempo uno aprende que si es demasiado, hasta el calor del sol quema. Así que uno planta su propio jardín y decora su propia alma, en lugar de esperar a que
alguien le traiga flores. Y uno aprende que realmente puede aguantar, que uno realmente es fuerte, que uno realmente vale, y uno aprende y aprende... y con cada día uno aprende.”

Elijo confiar, todos los días. Aún cuando duela, cuando sea muy difícil creer y cuando todo indique que estoy equivocado. Elijo escuchar a mi corazón y no a los terceros. Me elijo a mí, tal cual soy. Con mis miedos, con mis preocupaciones, con mis preguntas, con mis dudas, con mis recelos.
Y elijo arriesgar todo. Puedo lastimar a mucha gente, y a mí. Esto puede terminar para el orto, o excelente. Pero prefiero jugármela. No podría quedarme con el “y que hubiese pasado”. Y prometo poner todo, absolutamente todo de  mí, para guardar mis miedos. Son míos, y no tienen por que exteriorizarse. Y ojalá, todo salga bien.
Es una cuestión de fe. Es creer en algo sin tener pruebas”. Y hoy, yo tengo fe.
`` y no debo esperar del otro más de lo que debo esperar de un ser humano”.

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