La noche
"No consigo dormir. Tengo una mujer atravesada entre los párpados. Si pudiera, le diría que se vaya; pero tengo una mujer atravesada en la garganta".
Un espacio siempre disponible para verter mis pensamientos, ideologías, sensaciones y sentimientos.
30 oct 2012
23 oct 2012
"Después de un tiempo, uno aprende la sutil diferencia entre sostener
una mano y encadenar un alma; y uno aprende que el amor no significa
acostarse y que una compañía no significa seguridad, y uno empieza a
aprender...
Que los besos no son contratos y los regalos no son promesas, y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos, y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy, porque el terreno de mañana es demasiado inseguro para planes... y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad.
Y después de un tiempo uno aprende que si es demasiado, hasta el calor del sol quema. Así que uno planta su propio jardín y decora su propia alma, en lugar de esperar a que
alguien le traiga flores.
Y uno aprende que realmente puede aguantar, que uno realmente es fuerte, que uno realmente vale, y uno aprende y aprende... y con cada día uno aprende.
Con el tiempo comprenderás que apresurar las cosas o forzarlas a que pasen ocasionará que al final no sean como esperabas. Con el tiempo te darás cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante.
Con el tiempo aprenderás que intentar perdonar o pedir perdón, decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas, decir que quieres ser amigo … ante una tumba, ya no tiene ningún sentido .
Desafortunadamente, sólo con el tiempo..."
Y uno aprende, y uno entiende. Que si no se puede estar bien con uno mismo, difícilmente se pueda estar bien con otra persona. Que uno no tiene que ser egoísta, y si realmente quiere a alguien, debe respetarlo y apoyarlo en todas sus decisiones. Aunque duela.
El tiempo se encargará de poner las cosas en el lugar que corresponden, y si no es así, habrá que desempolvar el traje de héroe y salir a pelearla otra vez. Pero con la tranquilidad de que hicimos lo mejor para la otra persona; y que probablemente ella se encuentra feliz. Y eso es suficiente para que yo sonría. Aunque duela.
Que los besos no son contratos y los regalos no son promesas, y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos, y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy, porque el terreno de mañana es demasiado inseguro para planes... y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad.
Y después de un tiempo uno aprende que si es demasiado, hasta el calor del sol quema. Así que uno planta su propio jardín y decora su propia alma, en lugar de esperar a que
alguien le traiga flores.
Y uno aprende que realmente puede aguantar, que uno realmente es fuerte, que uno realmente vale, y uno aprende y aprende... y con cada día uno aprende.
Con el tiempo comprenderás que apresurar las cosas o forzarlas a que pasen ocasionará que al final no sean como esperabas. Con el tiempo te darás cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante.
Con el tiempo aprenderás que intentar perdonar o pedir perdón, decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas, decir que quieres ser amigo … ante una tumba, ya no tiene ningún sentido .
Desafortunadamente, sólo con el tiempo..."
Y uno aprende, y uno entiende. Que si no se puede estar bien con uno mismo, difícilmente se pueda estar bien con otra persona. Que uno no tiene que ser egoísta, y si realmente quiere a alguien, debe respetarlo y apoyarlo en todas sus decisiones. Aunque duela.
El tiempo se encargará de poner las cosas en el lugar que corresponden, y si no es así, habrá que desempolvar el traje de héroe y salir a pelearla otra vez. Pero con la tranquilidad de que hicimos lo mejor para la otra persona; y que probablemente ella se encuentra feliz. Y eso es suficiente para que yo sonría. Aunque duela.
22 oct 2012
escritura creativa
Consiga: descripción de
una escena (casi) real
Esperando
Las
nubes cubrían absolutamente todo el cielo, y amenazaban con transformar en negro
aquel domingo gris. Las hojas, tan marrones como secas, reposaban en el suelo y
crujían ante las pisadas de los distraídos transeúntes. Mientras tanto, el
viento se divertía levantándolas y dejándolas caer, al mismo tiempo que
despeinaba a alguna que otra cabellera desprevenida.
La
lluvia comenzaba a caer lentamente, y mojaba a ese chico casi calvo que
esperaba tieso junto a su bicicleta roja, algo maltrecha por el uso cotidiano.
El muchacho no buscó reparo, sino que recibió el agua casi como una bendición
divina: lo hacía sentir vivo.
Mientras
aguardaba, se entretuvo intentando descifrar el significado de los grafitis
pintados sobre las paredes del teatro, y pensó que los skaters deberían buscar
otro sitio para plasmar su arte, ya que rompían con la estética del lugar. Sin
embargo, uno en particular le gustó mucho: con caligrafía gótica y pintura roja
que simulaba ser sangre, la leyenda “volveré” ocupaba gran parte de unos de los
muros laterales del lugar.
A
pocos metros de allí, un joven envolvía el asiento de su bicicleta con una
bolsa de nylon verde, intentando impedir que el agua lo echara a perder. A su
lado, una decena de motos esperaban a sus dueños, atadas con gruesas cadenas al
antiguo y oxidado bicicletero del teatro.
El
chico casi calvo pensó que la idea de aquel joven era buena, y caminó unos
metros hasta un cesto de basura, confiando encontrar algún elemento para
proteger a su vehículo. Inclinó su cintura hacia adelante y observó hasta el
fondo del tacho: entre los papeles de alfajor, algunos escombros y la yerba
mojada, vislumbró una bolsa negra y raída, y la tomó sonriendo.
Luego
de anudarla a su asiento, se sentó en las escaleras, evitando los pedazos de
vidrio que habían sabido ser una botella de cerveza. Sacó su celular del fondo
de su morral, y miró la hora: las 18.15. Ya debería estar por llegar. Hasta
entonces, no tenía otra opción que mirar a ese grupo de amigos que realizaban
trucos con sus pequeñas bicicletas.
Luego
de unos minutos, salió de ese lugar y se dirigió a la esquina. El agua
acumulada lo obligó a levantar sus pies de los pedales, manteniéndolos secos.
Entró a un kiosco, se compró una botella pequeña de agua, y tomó un largo trago
junto a un cuarto de Alplax. La espera ya lo había puesto nervioso, y sabía que
venía lo peor.
Observó
hacia la vereda de enfrente, y vio que venía esquivando charcos por la rambla.
Se miraron, y su alma sonrió por última vez.
escribir y transformar la realidad es lo más lindo que hay
21 oct 2012
¿punto y aparte?
Que lástima que seas tan hermosa, tan perfecta, y no pueda disfrutarte.
Sigo cargando con mi cruz.
Sigo cargando con mi cruz.
8 oct 2012
heridas
Una licuadora se apoderó de mis pensamientos, y hace su
gracia: revuelve, mezcla, confunde.
Creo que esto está empezando a costarme. El sacrificio, los
silencios, el tragar y seguir, el mirar para abajo, algún día iban a pasar
factura. Yo no soy así, y eso duele. De a poco, florecen ciertos
resentimientos, recelos y hasta desconfianza en una uno mismo.
La energía comenzó a apagarse. La batería ya no dura tanto. Hay
que cargarla seguido, y eso agota. Así se me hace difícil; ¿Cuánto hace que no
sentís un abrazo sincero? Tal vez poco, pero poco es mucho.
Trato de analizar lo que me está pasando. Y no entiendo bien
que quiero. O mejor dicho: sé lo que quiero, pero sé que es inalcanzable. Y no
me canso, a pesar de que entiendo la realidad. Sigo y sigo, y no paro de
seguir. Pero eso genera dolor. Y el dolor, tarde o temprano, te pasa factura.
Preguntale al tobillo sino.
Cargo con mi cruz. Sólo eso.
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