En los momentos de tranquilidad es cuando descubro realmente lo que siento y lo que extraño. Y si, extraño. Quiero esa risa, aunque a veces duela.
Y si, quiero. Aunque a veces duela.

• Los caminos se bifurcan, cada uno toma una dirección pensando que al final los caminos se volverán a unir…Desde tu camino ves a la otra persona cada vez más pequeña. No pasa nada, estamos hechos el uno para el otro, y ahí está ella, y al final solo ocurre una cosa, llega el mal invierno y no hay vuelta atrás, lo sientes, y justo entonces intentas recordar en que momento comenzó todo y descubres que todo empezó antes de lo que pensabas…Mucho antes… y es ahí justo en ese momento cuando te das cuenta de que las cosas solo ocurren una vez, y que por mucho que te esfuerces, ya nunca volverás a sentir lo mismo, ya nunca tendrás la sensación de estar a tres metros sobre el cielo.

¿Cuánto hace que no nos juntamos y nos reímos toda la tarde? ¿Cuánto hace que no hay ningún problema que tratar? ¿Cuánto hace que no nos podemos relajar?
Eso quiero.

Y para mí, sigue siendo inexplicable. Hace un día, solamente un día, estaba tan ilusionado y contento con esto. Creía que estaba haciendo las cosas bien. Me preguntaban cómo venía el asunto, y contestaba que bien, que estaba todo encaminado,que estábamos felices así. Y hoy, esto.
Es muy difícil analizar algo en este momento. Lo más fácil sería lavarme las manos y decir: "que forra, mirá lo que hizo". Pero eso es de poco hombre. Es de un hombre que no quiere crecer.
Definitivamente, algo la llevó a hacer eso y a cambiar tanto, porque es una persona distinta. Eso es lo que más me desorienta.
Pero ya no puedo hacer más nada. No creí que iba a llegar este día, pero no tengo fuerzas para más. No tolero más nada, estos dos años hicieron estragos en mí. Y si, perdí. Y perder siempre es triste. Pero también estoy tranquilo, porque sé que me esforcé como nunca en mi vida. Nunca puse tanta energía en algo, lo pensé tanto, y traté de llevarlo a cabo. Hice todo lo que pude por llegar a buen puerto, y me ahogué en la orilla. Pero esto es así, hay que seguir nadando, siempre hay que seguir.
Te voy a extrañar muchísimo.

Duele mucho decepcionarse de las personas que queremos.

Que decepción, que tristeza, que impotencia. Que estúpido me siento. Que fea es la traición. Porque así me siento, traicionado. Yo no me la jugué para esto. Yo no volví a creer para esto. Evidentemente, soy un tarado. Estoy ciego. Capaz que estoy cerca de personas de mierda y no me doy cuenta, y yo creo que son buenas, y sigo cayendo y cayendo en lo mismo. EN LO MISMO.
Sentí como el dolor se me calaba en los huesos, como llegaba al corazón y como empezaba a bombearse para todo el cuerpo. Ya estaba, no había más nada que hacer. El dolor llegó a cada partícula de mí,  y se instaló. Y no sé cuando se va a ir.. No sé siquiera si algún día se irá.
Siento que se acabó todo. Que aunque todo se arregle, el final ya está decretado. De estas cosas no se vuelve. La confianza ya no está más.

Me siento un poco raro. Creo que la palabra indicada es "careta". ¿Está mal callarse la boca, no decir lo que se siente, para evitar un conflicto? Por un lado, creo que si. No demuestro lo que soy en realidad, no me muestro tal cual me formé; y aparte, a futuro puede ser problemático, porque te podés callar un día, dos. Pero no siempre. Y lo que no dijiste en su momento, ya no cuenta, ya no hay vuelta atrás.
Por otra parte, también pienso que lo que me jode no es tan grave, y que no estamos como para sumar quilombos, discusiones o problemas.
El otro día hablaba sobre lo que sé que tengo que hacer. Y si, sé. Pero me cuesta tanto, juro que a veces no sé de donde saco fuerzas para hacer esto. Realmente me sorprendo. Ojalá que sea pasajero.

Hay mucha gente que piensa que no se puede cambiar, que somos de tal manera y punto, es lo que nos tocó. Yo no creo eso.
Para mí, estamos hechos de piezas, como un rompecabezas. Algunos tienen más piezas oscuras, otros más piezas con luz. Pero son tan sólo eso, piezas.
Creo que los que dicen que no se pueden cambiar, tienen miedo. Porque realmente es muy difícil darnos cuenta cuál es la ficha que no queremos más, sacarla del rompecabezas y poner una nueva. Requiere mucho esfuerzo, mucha voluntad y mucho valor. Y sólo los valientes tienen esas cualidades.
Sé que es muy jodido, sé que me va a llevar mucho tiempo. Pero entendí cuales son las partes de mí que no quiero más, que quiero sacarlas del tablero. Ya las tengo vistas, las tengo bien marcadas. Esa era la parte más sencilla, la que cualquiera podría realizar.
Queda lo más duro. Pero me tengo fe. Porque gran parte de lo que quiero y puedo ser depende de esto.
Es un sólo disparo. No puedo permitirme fallar.

Otra vez. No existen soluciones mágicas, pasaron dos semanas y yo sigo siendo exactamente el mismo. Puedo estar más tranquilo, más cuidado, pero sigo siendo el mismo. Y pretendo que en dos semanas todo sea diferente. No existen soluciones mágicas.
Y mientras tanto, sigo arruinando todo.

Es probable que no sea tan fácil, esto es un tobogán y hay que estar listo para sentarse en la cima y para bajar velozmente hasta el suelo.
Va a costar, pero se puede. Ayer logré gambetearlo, pero antes me comí tres patadones que me dejaron lagrimeando. Otra vez.
Para la próxima, no sólo tengo que gambetear, sino que también tengo que mojar, tengo que inflar la red. Se trata de ir paso a paso, de acumular pequeñas victorias. Esto es un torneo, no sirve de nada ganar en La Bombonera si después te comés tres de local con Olimpo. Hay que ganar, empatar. No hay que perder, no puedo perder un punto más. Y cuando termine el torneo, veremos para qué estoy.
Tengo fe, sé que voy a pelear el campeonato.