11 feb 2013

Si algo me enseñaron estos 21 años de vida, es que nunca, pero nunca nunca, hay que festejar algo antes.
Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiin embargo, me atrevo a festejarlo interiormente.
Estoy a nada, a un pasito, de cumplir el objetivo tan anhelado. Con sacrificio, esfuerzo, humildad y trabajo, todo, todo todo todo todo, se puede conseguir. Todo eh.
Yo no me tenía fe. Apuntaba  a menos, volaba bajito. Pero un día me levanté y me dije: ¿Y qué pasa si me animo a soñar un poquito más lejos?.
Si todo sale bien, mañana o el jueves confirmo esta alegría. Que para ser sincero, hacía mucho no sentía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario