22 may 2012

Gustos


Me gustaría que sea 22 de septiembre, y ver si decidí bien.
Me gustaría que sea mañana, y levantarme con una sonrisa y ganas de seguir.
Me gustaría volver a entrenar, y no lesionarme nunca más.
Me gustaría no depender tanto de otras personas, de un abrazo o de una palabra de aliento. Me gustaría ser mi propio héroe.
Me gustaría poder decir lo que pienso y siento siempre, sin importar quien esté a mi lado. Me gustaría ser más libre, y no vivir atado por los paradigmas que fui creando en 21 años de vida.
Me gustaría tener algo que hacer todos los días, y que eso me haga feliz.
Me gustaría tenerte acá, al lado mío, como en aquellos viejos buenos tiempos.
Me gustaría creer que hice las cosas de maneras diferentes, y que no me comporté como un inmaduro.
Me gustaría saber que maduré, confirmarlo a través de hechos y situaciones.
Me gustaría no haber quedado tan traumado, tan débil, con tanto miedo en mi interior.
Me gustaría volver a tener 10 años y pasarme los días jugando a la pelota con el gordo y los pibes, sin ningún tipo de preocupación más que ganar el picado del día.
Me gustaría haberte conocido en esa época, en la que era siempre el más feliz de todos.
Me gustaría que notés mi alegría y mis triunfos, no sólo mis tristezas y fracasos.
Me gustaría valorar mis triunfos, no sólo ver mis fracasos.
Me gustaría tenerte.
Me gustaría viajar solo, y conocerme.
Me gustaría que exista la forma de saber como sería el mundo y mi gente si yo no hubiese nacido.
Me gustaría morirme por un mes y ver como se comportan las personas que quiero, en mi ausencia.
Me gustaría irme varios días, sin rumbo fijo y sin ningún medio de comunicación. Estar solo y actuar solo. Elegir lo que es mejor para mí, en soledad.
Me gustaría no estar pasando por esto.
Me gustaría que sea 22 de septiembre, y ver si decidí bien. Eso, básicamente. Lo demás, se puede negociar.